24.5.15

Tiñe la roja sangre,

con el fuego que consume mi torso fiel, alado y desnudo te espera agazapado en la noche, con lágrimas de ruego. En mis brazos, lubrica con tu riego la pelvis de algodón tornasolado; sigue el ritmo sutil y acompasado de mis muslos vibrantes con apego. Funde tus calmos ojos anhelantes en los míos y bebe en el arrullo cálido del arroyo serpentino de mis besos, que queman suplicantes. Escucha mi canción en un murmullo que te nombra y acoge en su destino.

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