Desde aquel día en que te conocí
cultivo el loco impulso de adorarte;
se agitan en mi ser ansias de amarte;
me nutre el hondo afán, de ser en ti.
No existe un día que no estés en mí.
Mi camino se ensancha al recordarte...,
te dibujo en mi piel, al desearte...,
oteo tu alma , como baharí.
Ansío ser la extensión de tu mano;
un embrujo nocturno en tu almohada,
y en tus predios, ser duna y altozano.
Deseo sobrevueles mi altiplano;
que dejes tu divisa en mi cañada,
y en mi vasija tu huella de artesano.



No hay comentarios:
Publicar un comentario